miércoles, 10 de marzo de 2010

ECLOSIONES DE LUZ Y COLOR (*)



La pintura es -quizá- la expresión de mayor transparencia -junto con la literatura- para develar la cotidiana existencia del ser humano. Su apreciación recoge los vericuetos, dicotomías, miedos, incertidumbres, fracasos y esperanzas desde la contemplación y el desvelo. La paleta de colores se dispersa cuando el artista asiste al pleno acto de la creación.

El creador es un navegante de ilusiones que destella sentimientos insondables, a ratos, contenidos en el sencillo tránsito de los días. El pintor canaliza desde su criterio personal la estética del lienzo, conjuga elementos mágicos desde su óptica irreverente y desacralizadora, divulga -consciente o inconscientemente- desde su intimidad los demiurgos que le acechan en las tardes grises.

“Eclosiones de luz y color”; título de la muestra colectiva que tenemos el honor de presentar en esta tarde en su apertura, promueve -tal vez en una analogía al realismo mágico- imágenes de guerreras posmodernas en pleno harakiri, pueblos andantes, anfibios romeriantes, vendedoras de frutas e ilusiones teniendo como telón de fondo el valle de la negritud, árboles multicolores, miradas ocultas en la selva agreste, lectura pausada de la abuela inconfundible, figuras irregulares en blanco y negro, el rondador de huella andina, paisanaje de tonalidad dorada, parajes costumbristas, individuos caminando hacia la nada, como diría el poeta Iván Oñate: “Nada surgida de la nada”, retratos acariciando la ternura y sensualidad, cuerpos femeninos acogiendo la fragilidad de mariposas azules y la energía de la luna llena, rompecabezas en búsqueda de nuevas piezas, verde-claros exaltando a la pacha mama, hombres desenredando su extraña cabellera que se extiende hacia el cielo, fragmentos que intentan asemejarse a un pájaro anónimo, “la guerra contra el hombre y ahora en contra de la naturaleza”.

Los elementos descritos -juntos con otros- van dando forma y contenido integral a esta exposición masiva. Siempre estaremos de acuerdo respecto de la certeza de que la producción pictórica en sí, habla por sí sola, ante las corrientes e istmos que va asimilando cada autor/ra.

Gilberto Almeida, Washington Andrade, Gabriela Ayala, Vicente Bolaños, Nelson Calderón, Mauro Cárdenas, Guillermo Collahuazo, Lety Cuadrado, Vicente Cualchi, Rigoberto Díaz, Edmundo Fierro, Marcelo Galindo, Lucía Heredia, Fernando Erazo, Marcelo Paredes, Miguel Heredia, Genaro Onofre, Edgar Reascos, Ángel Rodríguez, Edison Ruiz, Edgar Sandoval, Jorge Tabango, Jaime Torres, Mery Valverde, César Vinueza, Carlos Yépez, Jorge Yépez y Hernán Román dejan impregnados en estos cuadros que tenemos el agrado y la complacencia de observar, parte substancial de la existencia humana, de su propio yo, y, junto con ello, de la otredad, con signos de pertenencia y de exploración del cosmos.

Jean Paul Sartre aseveró que “la contemplación estética es un sueño provocado y el pasar de ese sueño a la realidad, un auténtico despertar”. Lo que provocan estos -nuestros- pintores es despertar en los simples espectadores profundas revelaciones ante el misterio de la creación y, tan sabio como aquello, ante la entelequia de la vida.

(*) Presentación de la muestra pictórica colectiva
“Eclosiones de luz y color”
Otavalo, octubre 16 del 2009
Galería de Arte “Jaime Andrade Vargas”

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