Este espacio contiene artículos de opinión y datos informativos sobre arte, cultura, identidad y análisis político. Aunque en esencia, se nutre de la semilla literaria que crece como la vida, y, a ratos, se ausenta como la muerte.
miércoles, 9 de marzo de 2011
SER DE IZQUIERDA
En la hora actual, es necesario en el Ecuador precisar aspectos elementales que conduzcan a categorizar la posición ideológica de izquierda, la misma que discurre con frecuencia en la opinión pública, más aún cuando se esgrime una directa afinidad con el gobierno de Rafael Correa Delgado.
No cabe duda mayor, respecto de los esfuerzos que el proceso de la revolución ciudadana viene generando, en concordancia a los postulados de izquierda, los mismos que conllevan al mejoramiento de los niveles de vida de la gente, de acceso a los servicios básicos, de apertura a la educación y salud, de construcción de vías, de ejecución de planes habitacionales, de reactivación productiva, sin descuidar la reinserción de grupos de atención prioritaria, inclusión de sectores vulnerables, y el reconocimiento a la diversidad étnico-cultural. Muchos dirán que eso es poco ante la pobreza existente en la población ecuatoriana (33.01%, junio-2010-INEC).
Sin embargo, la propuesta gubernamental tiene como objetivo sustantivo, atacar las causas que devienen en indigencia y expoliación, esto, como consecuencia histórica de las estructuras socio-económicas existentes. El tema de la pobreza, no sólo que es un complejo problema por resolver en nuestro país, sino, que es una de las lacras que pervive en el mundo entero. A ese loable afán le apuesta el hombre y la mujer de izquierda; buscar un equilibro social, propender a la tolerancia racial y a la afirmación de la alteridad, pugnar en contra de la injusticia, volver la mirada al necesitado, rescatar la esperanza en el pueblo, renegar del gamonal y del explotador, imponer una huella de justicia y dignidad humana.
En esa línea, Pedro Vuskovic considera que: “la condición de izquierda hoy es la identificación plena de la gente con los intereses nacionales y populares; es la aspiración a una sociedad distinta, más justa y más noble, es el rechazo a toda forma de discriminación social, de género, racial, de condición socio-económica; es la búsqueda de una verdadera democracia, es el compromiso de resolver en su raíz la pobreza; es la exaltación de los valores de la sociedad, en oposición a los de la competitividad y el egoísmo del capitalismo”.
Un precepto esencial en la conducta del militante de izquierda es la eticidad, como principio de vida. En el ejercicio político la ética tiene que ser reivindicada en cada momento, como parte consubstancial que testifique la actividad emprendida en pro del bien común. La ética es base en donde se fragua el accionar y pensamiento del ser izquierdista.
Finalmente, para José Moncada Sánchez: “[…] la izquierda política debe significar un verdadero compromiso para avanzar en la construcción de una nueva y diferente sociedad; fomentando un nuevo tipo de desarrollo de las fuerzas productivas y logrando un alto nivel económico enderezado a resolver la pobreza, reducir las inequidades regionales y las depredaciones ambientales, instaurar una auténtica democracia, rechazar toda forma de discriminación, evitando el sometimiento de toda actividad de todo sector de la sociedad civil al Estado […]”.
Tomado de Diario El Telégrafo, 02-marzo-2011, pág.08.
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Estimado Aníbal Fernando:
ResponderEliminarComo siempre, te felicito por la síntesis y
lo valioso de tus mensajes. La izquierda no le queda otra alternativa que ser ética porque de lo contrario es falsa. No poca
izquierda falsa encontramos en América Latina, personas con muchas
máscaras tratando de hacer negocio con la política de izquierda, no
te puedes imaginar la cantidad de personas que conozco con un
discurso y con un modo de vida diferente al discurso, y
probablemente con unas ideas en la cabeza que también distan de las
dos cosas, pues nadie sabe hacia dónde se dirigen. Las revoluciones
provocan que se acerquen a ellas personas típicamente oportunistas
que se suman al carro revolucionario porque les conviene desde el
punto de vista material y cuando son afectados, entonces reniegan de
políticas que pueden beneficiar a mayorías. El tema de ser de
izquierda pasa por tener ideas claras y firmes sobre la justicia
social con sentido ético y libertad; esta última palabra todavía es
maldita en mucha izquierda porque siguen los cánones del pensamiento
estalinista. La izquierda es revolucionaria y para hacerlo tiene que
construir el poder político y económico de otra manera, completar la
independencia y soberanía de nuestros pueblos con justicia, dignidad
y libertad, lejos de las construcciones oligárquicas, es tarea
urgente de esta izquierda librarse del arrastre del pesado lastre
del estalinismo, del autoritarismo, de la burocracia, del
dogmatismo... Es una lucha ideológica muy fuerte que todavía tenemos
que librar. Cuenta siempre conmigo para combatir a favor de una
izquierda con libertad. Abrazos,
Juan Nicolás Padrón