Este espacio contiene artículos de opinión y datos informativos sobre arte, cultura, identidad y análisis político. Aunque en esencia, se nutre de la semilla literaria que crece como la vida, y, a ratos, se ausenta como la muerte.
miércoles, 28 de julio de 2010
POESÍA EN PARALELO CERO
“Un mensaje de hermandad y de solidaridad para todos los poetas de este Encuentro, para no dejar morir la palabra ante la voracidad de algunos seres humanos que después de saquear a otros ya están agotando las riquezas de la tierra; que nuestras palabras continúen mostrando la belleza del mundo natural y social, y nuestros versos sirvan para demostrar que ‘hoy es siempre todavía’… Si hay poesía y lluvia, hay cosecha". Esta frase-saludo emitida desde la hermana isla de Cuba, por Juan Nicolás Padrón, tras conocer sobre la realización del recital “Voz a Vos” en Otavalo; en el marco del Segundo Encuentro Internacional de Poetas en Ecuador “Poesía en Paralelo Cero”; cuya cobertura incluyó Quito y Esmeraldas (evento desarrollado del 30 de mayo al 05 de junio), resume en buena parte la intención de juntar a través de la estética de la palabra, a varios países del orbe; es decir, a diferentes identidades, concepciones, estilos, complejidades, temáticas que circundan a partir de la condición humana.
En Otavalo se escuchó con atención y de viva voz la creación de 12 poetas provenientes de México, España, Colombia, Chile, Perú, Bolivia, Israel, y, desde luego, Ecuador (Margarito Cuellar, Víctor Cabrera, Isla Correyero, Eloy Sánchez Rosillo, José Luis Díaz-Granados, Malú Urriola, Mario Meléndez, Victoria Guerrero, Vilma Tapia, Margalit Matitiahu, Carlos Eduardo Jaramillo y Yaron Avitov). El tiempo se detuvo a través de los demiurgos de los vates invitados. El público asumió como suyas las estrofas leídas desde la entonación rítmica de los deseos y desdichas. El amor y el desamor fueron fantasmas rondando en la sala “Jaime Andrade Vargas”. La vida y la muerte hicieron un guiño en medio de miradas atónitas y atormentadas por el silencio de nuestras almas. Bebimos el zumo de la tierra otavaleña: el hervido de mora, para aminorar los efectos de la llovizna noctámbula. Fuimos libres entre montañas y tótems milenarios. A partir de códigos secretos pudimos desmitificar a la simbología poética en Otavalo; territorio intercultural de viejos mitos, atrayentes artesanías y encantamiento paisajístico. Adicionalmente, se efectuó la presentación de las memorias del encuentro (voluminosa publicación de El Ángel Editor y la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”), y, de la revista Punto de Partida Nº160 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuya editora es Carmina Estrada, en donde se recoge y acoge en muestra antológica a 13 jóvenes poetas ecuatorianos.
Escribir es un acto de fe. Y, a la vez, de inmolación. Cada verso guarda un momento imperecedero. Cada imagen recrea el entorno telúrico. Cada idea es un grito desesperado que convoca a la angustia y a la desolación.
Según Xavier Oquendo Troncoso -coordinador general del encuentro-, ese quijote contemporáneo que le apuesta desconsolado a la metáfora: “La poesía, siempre estará al servicio del pueblo… ahí estará, la poesía siempre, mirando desde el futuro el presente. Y buscando la belleza debajo de los escombros que es en lo que se convertirá el mundo. La última sobreviviente será la poesía”.
Con ella, con la última sobreviviente al final del crepúsculo, se agitó el telón delicado del absurdo y la nada; junto al sortilegio de nuestro pueblo orgullosamente andino y la invocación profética de la palabra eterna.
Artículo publicado en diario El Telégrafo, pág. 08, junio 09 del 2010
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Por eso suplico a los poetas , ¡no dejar a la palabra sola!! Me parece verlos en el contexto.
ResponderEliminarsaludos