Este espacio contiene artículos de opinión y datos informativos sobre arte, cultura, identidad y análisis político. Aunque en esencia, se nutre de la semilla literaria que crece como la vida, y, a ratos, se ausenta como la muerte.
miércoles, 27 de octubre de 2010
ALBA
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) es un acuerdo histórico, que recoge el legado integracionista de Simón Bolívar. A partir de la afirmación de la unidad en la diversidad, los países miembros (Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Mancomunidad de Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda) coinciden en la impostergable necesidad de sumar esfuerzos comunes en los aspectos: político, económico, productivo, ambiental, cultural. En esa línea promueven proyectos en las áreas de la educación, salud, ciencia, tecnología, turismo, industria, comercio, telecomunicaciones, infraestructura, energía y minería.
Esta propuesta tiene como peculiaridad la cooperación de los citados Estados y, paralelamente, el intercambio de experiencias de los movimientos sociales, en un andamiaje ciudadano incluyente y democrático. Al respecto, conviene subrayar el alto sentido convocante de la ALBA, en términos de radicalizar la concepción democrática. De alguna manera se retoma el criterio de Heinz Dieterich sobre democracia participativa. Él cree que ésta es “… la capacidad real de la mayoría ciudadana de decidir sobre los principales asuntos políticos de la nación. En este sentido, se trata de una ampliación cualitativa de la democracia formal, en la cual el único poder de decisión política reside en el sufragio periódico por partidos-personajes políticos. En la democracia participativa, dicha capacidad no será coyuntural y exclusiva de la esfera política, sino permanente y extensiva a todas las esferas de la vida social…”.
La ALBA irrumpe en la agenda regional a fines del 2004, con la denominación de Alternativa Bolivariana para las Américas, reivindicando la lucidez libertaria de Bolívar, Martí, Sucre, O’Higgins, San Martín, Sandino, entre otros pensadores y estrategas que propugnaron la creación de la patria grande. Es innegable el componente ideológico de la ALBA, cuyo enfoque propugna un socialismo de nuevo tipo; la práctica consistente y consecuente con el remozamiento de una izquierda que responda a los actuales momentos de los pueblos americanos y, que, a través de su ideario y tesis basadas en nuestra realidad, contraponga alternativas viables al desgastado modelo capitalista. Asimismo, las visiones coincidentes de varios países de nuestro continente, repercuten en una posición geopolítica radical, cuya perspectiva es ir trazando lineamientos concretos concomitantes al respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe.
En tal sentido, el 24 y 25 de junio en Otavalo, se desarrolló la X Cumbre de la ALBA, con la participación de centenares de delegaciones diplomáticas, autoridades indígenas y afrodescendientes, la presencia de los mandatarios: Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, de Venezuela, Bolivia y Ecuador, respectivamente y, de Esteban Lazo, vicepresidente de Cuba. Al final del evento se suscribió la Declaración de Otavalo.
De este documento se desprende “la construcción de un modelo alternativo de soberanía económica expresado en una Nueva Arquitectura Financiera (…) para consolidar un sistema de intercambio y cooperación recíproco, solidario, participativo y complementario, que fortalezca nuestra soberanía alimentaria”. Así también el “compromiso para avanzar en los procesos de construcción de sociedades incluyentes, culturalmente diversas y ambientalmente responsables, que excluyan la explotación del ser humano, en las que existan condiciones para un diálogo entre iguales y un intercambio real de saberes, conocimientos y visiones en nuestra región”.
Cabe decir que en la Cumbre -como eje central- se discutieron preceptos relativos a la interculturalidad, plurinacionalidad y aplicación de políticas públicas que superen los complejos racistas, es decir, temas propios de nuestras naciones heterogéneas.
Artículo publicado en diario El Telégrafo / 30 de junio del 2010 / pág.08
Fotografía: Thalía Ambrossi
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