Gustavo Alfredo Jácome cumplió 100 años el pasado 12 de octubre.
Como dice Rodrigo Villacís Molina al resaltar este aniversario, la gente
no cumple dicha edad todos los días. Más aún cuando se trata de un
hombre dedicado a lo largo y ancho de su trajinar existencial al estudio
semántico y al correcto uso de la lengua castellana, a la recreación
literaria, a la estilística, a la pedagogía y a la reflexión a través de
la palabra erudita.
Personaje de raigambre otavaleña, que pervive como un roble en medio del tiempo, de afinidad ideológica progresista, anhelante de justicia, tolerancia y solidaridad. En su obra se refleja la denuncia social y el oprobio en contra del indio causado por los rezagos colonialistas y el sistema socioeconómico imperante. Al mencionar su solo nombre viene a la memoria del lector/a títulos como: “Por qué se fueron las garzas”, “Los Pucho-Remaches”, “Barro dolorido”, “Siete cuentos”, “Estudios estilísticos”, entre otros.
Su obra recoge un cúmulo de géneros literarios, que incluyen la ternura poética y los textos ensayísticos de prolijidad investigativa. En sus versos se denota la nostalgia por la paisajística lugareña, el cántico en homenaje a la tierra de origen, el afecto por los pequeños descendientes y la sonrisa infantil. Así también, en su trabajo analítico, la propuesta escrita de: Rubén Darío, César Vallejo, César Dávila Andrade, Gonzalo Escudero, Alfredo Gangotena, Juan Montalvo.
Jácome, a más de literato, se ha desempeñado como docente, miembro y asesor de organismos de reconocimiento nacional e internacional. Sin embargo de esto, ha sido renuente al aplauso público. Su impronta es determinante en el campo de las letras. La academia y el ámbito educativo ecuatoriano le deben mucho a este noble maestro. Para el efecto basta citar sus aportes didácticos en materia gramatical y ortográfica.
Por ello, es gratificante la aparición del libro “Gustavo Alfredo Jácome – narrador, poeta y estilista” (Editorial universitaria Abya-Yala, Quito, abril de 2012), de Alba Luz Mora, para quien Jácome posee las siguientes características: “trabajador intelectual incansable, polemista y cuestionador de todo lo que representa deformación, arbitrariedad, inconsistencia; sensibilidad a flor de piel que le permite decantar las excelencias del espíritu y traducirlas en expresiones de originales y delicados matices; apasionado, amante de la vida”.
Esa pasión es traducida en las incontables páginas provocadas desde la lucidez de este fino autor, quien en su niñez empezó con su trayecto literario a partir de la lectura del primer libro que llegó a sus manos: “Guillermo Tell”.
Diario El Telégrafo / 05 Dic 2012
Personaje de raigambre otavaleña, que pervive como un roble en medio del tiempo, de afinidad ideológica progresista, anhelante de justicia, tolerancia y solidaridad. En su obra se refleja la denuncia social y el oprobio en contra del indio causado por los rezagos colonialistas y el sistema socioeconómico imperante. Al mencionar su solo nombre viene a la memoria del lector/a títulos como: “Por qué se fueron las garzas”, “Los Pucho-Remaches”, “Barro dolorido”, “Siete cuentos”, “Estudios estilísticos”, entre otros.
Su obra recoge un cúmulo de géneros literarios, que incluyen la ternura poética y los textos ensayísticos de prolijidad investigativa. En sus versos se denota la nostalgia por la paisajística lugareña, el cántico en homenaje a la tierra de origen, el afecto por los pequeños descendientes y la sonrisa infantil. Así también, en su trabajo analítico, la propuesta escrita de: Rubén Darío, César Vallejo, César Dávila Andrade, Gonzalo Escudero, Alfredo Gangotena, Juan Montalvo.
Jácome, a más de literato, se ha desempeñado como docente, miembro y asesor de organismos de reconocimiento nacional e internacional. Sin embargo de esto, ha sido renuente al aplauso público. Su impronta es determinante en el campo de las letras. La academia y el ámbito educativo ecuatoriano le deben mucho a este noble maestro. Para el efecto basta citar sus aportes didácticos en materia gramatical y ortográfica.
Por ello, es gratificante la aparición del libro “Gustavo Alfredo Jácome – narrador, poeta y estilista” (Editorial universitaria Abya-Yala, Quito, abril de 2012), de Alba Luz Mora, para quien Jácome posee las siguientes características: “trabajador intelectual incansable, polemista y cuestionador de todo lo que representa deformación, arbitrariedad, inconsistencia; sensibilidad a flor de piel que le permite decantar las excelencias del espíritu y traducirlas en expresiones de originales y delicados matices; apasionado, amante de la vida”.
Esa pasión es traducida en las incontables páginas provocadas desde la lucidez de este fino autor, quien en su niñez empezó con su trayecto literario a partir de la lectura del primer libro que llegó a sus manos: “Guillermo Tell”.
Diario El Telégrafo / 05 Dic 2012
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