Este espacio contiene artículos de opinión y datos informativos sobre arte, cultura, identidad y análisis político. Aunque en esencia, se nutre de la semilla literaria que crece como la vida, y, a ratos, se ausenta como la muerte.
miércoles, 16 de febrero de 2011
Fue ayer y no me acuerdo
Así se titula la novela de 319 páginas creada por Jaime Bayly, bajo el sello de Seix Barral (diciembre, 1995), configurada a través de una serie de mini-relatos, con una fina y, a la par, franca ironía. Hay un agudo sentido del humor y un estilo narrativo simple, con lo cual la lectura se vuelve atrayente.
El autor recrea a un personaje central (Gabriel) que se introduce en el submundo de las drogas y del homosexualismo, que goza y sufre -a la vez- por el amor y por el desamor. En general, la práctica constante de los personajes se enmarca en un libertinaje que no conoce límites, que supera la rutina de los días aburridos, que se inserta en la frivolidad de la actual sociedad. A Gabriel le acompañan en la travesía del placer clandestino y de la aventura de los años intensos, varios amigos y amigas como Matías, Diego, Micaela, Toño, Pilar, Roxana, Nicolás, Manolo, Crimson (algunos antes que amigos, amantes). El protagonista de la novela estudia en la Universidad Católica del Perú, cuatro años de Derecho, siendo expulsado del alma mater por su bajo rendimiento académico, conjuntamente con su compañero Matías. Aquello no le inmuta, y, al contrario, sigue predisponiéndose a los placeres mundanos, en situación de soledad aparente, porque vive en un hostal, luego en un departamento, con total independencia. Es un resentido de la conducta de sus “viejos”, aunque en el fondo siente un cariño que jamás se expresa en la práctica.
El protagonista (que puede ser el arquetipo existencial del propio autor) viaja a España, Argentina y EEUU, en visitas de descanso. Mientras que subsiste como productor de televisión en República Dominicana (Santo Domingo), en donde reside temporalmente para grabar un programa de entrevistas. Esas estancias en el Caribe le permiten obtener recursos para su sobrevivencia, aunque aborrece el formato establecido del espacio mediático.
El consumo excesivo de drogas le genera a Gabriel una serie de trastornos y depresiones (rebota con constancia, se intoxica e intenta suicidarse). Fuma e inhala marihuana y cocaína. Gasta ingentes cantidades de dinero adquiriendo sustancias ilícitas. Quiere encontrar una pequeña luz al final del túnel, ante el derrumbe que deviene por el uso inadecuado de las drogas. En lo que respecta a su preferencia sexual, participa en las interioridades del universo gay, asimilando y aceptando tal decisión, aunque en más de una ocasión se confronta contra su propia conducta.
Gabriel pugna por un cambio actitudinal de su vida, la misma que se refleja en el transcurso de la obra, excepto de su condición homosexual. Retoma un programa de TV en el Perú; se establece con cierta normalidad en su país natal, que, por cierto, aborrece y rechaza. Fue ayer y no me acuerdo es una historia personal, entre muchas historias, relatada de una forma sagaz y directa, en donde no tiene cabida el maquillaje, ni el tapujo.
Diario El Telégrafo / 22-diciembre-2010 / pág.08
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Micaela ... el único personaje con el cual me identifiqué . Y enamoré. Taka, 2023. nov 18
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