Este espacio contiene artículos de opinión y datos informativos sobre arte, cultura, identidad y análisis político. Aunque en esencia, se nutre de la semilla literaria que crece como la vida, y, a ratos, se ausenta como la muerte.
miércoles, 16 de febrero de 2011
La noche es virgen
La literatura es a veces la aproximación más cruda y reveladora de la sociedad en el tiempo y en el espacio. Así la temática en la creación con la palabra escrita tiene una connotación pragmática, y, traduce de alguna manera los conflictos externos, pero, fundamentalmente internos, del hombre frente al cosmos. La ansiedad, angustia, dolor y preocupación por responder -inútilmente- a las incógnitas planteadas en el transcurso de la existencia humana, le pertenece también a la literatura, como esquema valioso de catarsis creadora. El escritor se convence que la felicidad no es más que un astuto arlequín escondido en la tramoya de la gran comedia que es la vida. Se niega en ocasiones a reconocer que la dicha pugna por ocupar un lugar en nuestra trivial presencia terrenal. La literatura desentraña las actitudes y acciones del sujeto, que es, a su vez, promotor de pasiones escondidas y emociones vedadas.
La noche es virgen (Editorial Anagrama, 1997, España), escrita por Jaime Bayly, es una novela cuyo contenido refleja de manera lúcida y lúdica la convivencia del ser en una atmósfera citadina pacata, mojigata y tercermundista.
El ambiente se desarrolla en Lima la horrible y, la trama de la historia se centra en las diarias actividades (harto dinámicas y caóticas) de Gabriel Barrios, un pequeño burgués peruano que se entretiene los días (o mejor dicho las noches) desde una práctica homosexual constante, encontrando en su amante Mariano (un joven roquero) la clave perfecta del goce carnal, en medio del consumo desaforado de la hierba y el polvo blanco, de bares citadinos, de música estridente, de los chicos suaves de Lima y de la obsesión por submundos prestos a ser explorados. La obra en su forma se aparta del uso de las letras mayúsculas. Es una narración irónica y simple, cuyo torrente se desentiende del mencionado formalismo. Gabriel ama su condición de gay, por lo tanto hace de esa preferencia sexual el pan de cada día (aunque disfruta parcialmente de la compañía femenina), y odia esconder esa preferencia a una sociedad fatua e intolerante en todos sus segmentos. Conocido dentro y fuera de su país por su actividad profesional como presentador de televisión, mantiene pésimas relaciones con sus padres y una crítica contumaz con la idiosincrasia peruana, que es, en cierto modo, el reflejo de la idiosincrasia latinoamericana.
Gabriel es un ser cínico que se burla de su entorno, que extraña Miami, que siente una necesidad feroz por reencontrarse con viejos amigos, y que sufre en su lujoso departamento la soledad de la fama y el defecto de la arrogancia. A Mariano lo conoce en el Cielo, (nombre sugestivo de un bar) conjuntamente con su amigo Jimmy. Posteriormente entabla una relación apasionante, que termina siendo tortuosa. Nathalie (hermana de Mariano) y su enamorado Coco también son parte de las fantasías despiadadas del protagonista principal.
Una vez que Gabriel recobra el sentido de los actos, dentro del hemisferio convencional de una ciudad aturdida por el falso encanto de la modernidad, acepta a la traición como aguijón que duele en la profundidad de los sentimientos (Mariano mantiene una relación formal con su novia Nina). Al final la descripción es contundente: “... no llores, gabriel. las lágrimas, cuando estás armado, saben feo. son amargas. chupo mis lágrimas amargas mientras el taxi avanza lenta y ruidosamente camino al malecón”. La noche es virgen de Jaime Bayly, obtuvo el 3 de noviembre de 1997 el XV Premio Herralde de Novela.
Diario El Telégrafo / 05-enero-2011 / pág.08
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