miércoles, 16 de febrero de 2011

PAPEL EN BLANCO Y LA OBSESIÓN DE LAS IDEAS


El papel en blanco provoca la multiplicación de las ideas. Es un espacio en la nada en el cual se esbozan las letras que van dando forma a párrafos, que, a su vez, expresan los sentimientos y pensamientos del autor. Es una especie de confesionario visto en perspectiva individual, en donde el silencio se antepone como fantasma y fiel testigo del proceso creativo. En la pantalla del computador aparecen aquellos términos precisos que requiere el texto en construcción.

El escritor desmitifica la realidad circundante, desafía al rutinario transcurrir de los días, apela a la experiencia como elemento básico o eje articulador desde donde se desprende el criterio acertado. En el quehacer literario, la ficción se inserta como característica permanente, en una catarsis enmarcada por la fantasía de los personajes, la configuración de imágenes y situaciones detalladas en el fragor de la madrugada, en el frenético impulso que deviene con la sensación de la libertad, en el tormentoso instante de definir la palabra correcta. El ejercicio de la escritura transmite la ensoñación de la vida; la niebla y desconsuelo del tiempo y, la ternura y contento de la condición humana.

Raúl Pérez Torres considera que el escritor “[…] es un insatisfecho, un contestatario, un vampiro nocturno que muchas veces se alimenta de su propia sangre. Su deseo no se colma, su obsesión no se serena, su desgarramiento no se precisa. A menudo lleva la culpa del mundo sobre sus hombros, y también la esperanza, esa forma que tiene el hombre de aligerar la condena”.

En la labor periodística, el género ligado a la opinión conlleva un cúmulo de matices, lecturas y profundización analítica. Todo empieza en la selección temática, no exenta de la tormentosa decisión por parte del articulista. Tras la identificación del tópico a tratarse, se borronean las primeras líneas, que van sustentando la tesis descrita. Cada punto de vista se origina a partir de las creencias, convicciones, hábitos, formación académica, condición socio-económica del responsable del artículo, en cuyo contenido se resumen códigos interpretativos de los diferentes campos de la sociedad.

En el artículo de opinión se concentran elementos de discusión, a través de argumentos que tienen el sustento investigativo y el gusto estético del autor/a. A lo dicho, se entrelaza el criterio, alcance explicativo y juicio de valor que implica la carga particular del articulista. En tal sentido, el lector/a tendrá elementos valiosos a la hora de definir su posición individual, sobre el tema en discusión, el mismo que concita, generalmente, el interés y expectativa de la gente. Esta práctica periodística eleva el nivel de debate en el contexto ciudadano, en las distintas esferas y estratos sociales. Al final, el papel se impregna de esas frases orientadoras, que no dejan de contaminarse de una carga ideológica y de una apasionada disquisición respecto de los personajes, hechos y acontecimientos que han traspasado los límites de la coyuntura histórica.

Diario El Telégrafo / 09-febrero-2011 /pág.08

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