miércoles, 10 de marzo de 2010

GUADALUPE: MUJER-SONRISA Y UTOPÍA



Haciendo alusión a la denodada lucha y persistencia del género femenino en la historia societal, el periodista Kintto Lucas cree que hay “Mujeres que, a pesar de nosotros, no perdieron la imaginación ni el sueño, y sobre todo, no perdieron esa vida que llevaban-llevan en sus miradas”. Una de ellas fue, sin duda, Guadalupe Larriva González; gaviota que se confunde entre el horizonte enrojecido al caer de la tarde y la brisa del mar.
Educadora y política cobijada de ideología socialista guardó coherencia entre su pensamiento y acción. En su intenso trajinar mantuvo la convicción de que a través de esta corriente política de izquierda, las ciudadanas y ciudadanos, tenemos la posibilidad de generar mejores condiciones de vida, contando para ello, con una adecuada redistribución de la riqueza -concentrada actualmente en pocas manos- , con el frontal combate a la corrupción, con la plena reactivación del aparato productivo, con una agresiva inversión en las áreas de la educación y la salud, con el respeto a la diversidad étnico-cultural, de género, y generacional, con la integración de los trabajadores, obreros, campesinos, indígenas, negros, maestros, intelectuales, pequeños y medianos industriales, empresarios con vocación nacionalista hacia el rediseño del ente estatal…, en síntesis y, en contraposición al indolente y oprobioso modelo neoliberal, el socialismo fue considerado para ella como la opción sistemática del cambio social.
Guadalupe, como mujer íntegra, sugería a las mujeres de nuestro país y el mundo lo siguiente: “Uno de nuestros objetivos -decía- como mujeres que tenemos la oportunidad de actuar en la esfera de lo político debe ser incentivar a que todas las mujeres se involucren en los procesos para alcanzar mayor representatividad y obtener una intensa participación en el desarrollo público y personal a través de nuevas formas de relaciones de poder”. Según Manuel Salgado Tamayo “las ideas no mueren, las ideas no se matan. Guadalupe Larriva González, era, sobre todo, una mujer de ideas profundas, una mujer en cuya mente brillaban los ideales más nobles de la humanidad: la justicia, el progreso, la libertad, la independencia, la autodeterminación, la integración latinoamericana, la globalización basada en la solidaridad y el amor entre los hombres y entre los pueblos”. Tras su trágico accidente aéreo ocurrido el 24 de enero del 2007 en Manta aún pervive el recuerdo de la primera mujer en dirigir a las diferentes ramas de la máxima institución uniformada del país. El poeta Jorge Carrera Andrade, refiriéndose a los que se van para siempre, escribe: “Otros, también, emprenderán el viaje sin retorno. Y su sitial quedará vacío, y ya no podremos abrazarles en el momento del triunfo”. Cierto es Guadalupe que ya no podremos abrazarte, pero sí nos quedará por siempre en el imaginario colectivo tu sonrisa inconfundible y tus ansias por alcanzar el mensaje del Che, o sea, la utopía de la construcción del “hombre nuevo, de la nueva sociedad”.

Otavalo, enero del 2008

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