miércoles, 10 de marzo de 2010

YAMOR 2009



Septiembre tiene una especial connotación en nuestro entorno geográfico.

En el caso de Otavalo, el citado mes conlleva una profunda significación andina, enraizado con el grano amarillento, y, cautivado por la degustación culinaria, la bondad del allpa mama, el misterio de la leyenda y la alegría popular. El Yamor no se limita a la descripción de aquella chicha que identifica con plenitud a nuestro cantón, sino que se abre paso en medio de la modernidad como referente festivo de connotación nacional e internacional. La quincuagésima séptima edición de la fiesta del Yamor ya es una realidad contagiosa y llena de expectativa. Para el efecto, el Comité Ejecutivo -instancia de organización y coordinación- no ha escatimado esfuerzos, pese a la coyuntura político-administrativa que implicó la etapa de transición de las directrices municipales. Superado tal situación se han delineado los objetivos básicos de la fiesta para el presente año.

El Yamor es elemento identitario esencial de las y los otavaleños; bálsamo que inspira querencia natal, vino ocre -en palabras de Enrique Garcés- que contagia de afecto y reencuentro comarcano, bebida tutelar de raicillas incásicas, producto natural que le convierte al maíz en resultante de alimento, ritual y sincretismo cultural. Precisamente, esta festividad nos permite repensar en lo que somos, en nuestra fortaleza sintetizada en un lenguaje semiótico diverso, en las formas disímiles del comportamiento humano, que en nuestra llacta tiene el afloro de la interculturalidad.

Dicha celebración -que se desarrolla del 4 al 13 de septiembre- cuenta con el auspicio y apoyo de los gobiernos: municipal, provincial y nacional, empresa privada, sectores productivos, barriales, sociales, culturales, deportivos y de socorro de nuestra ciudad, Cámaras de Comercio y de la Pequeña Industria. Asimismo, Jorge Perugachy, es el autor de la obra que ilumina el afiche promocional; expresión de alto contenido artístico que ratifica la profunda sabiduría y creatividad existente en nuestro lar natal.

La presencia masiva de la ciudadanía a las diferentes actividades incluidas en la programación general corrobora la huella indeleble de otavaleñidad y, el reconocimiento anual ante el advenimiento de la cosecha. Bendita sea nuestra tierra propia.


Otavalo, septiembre del 2009

1 comentario:

  1. felicitaciones anibal fernando por tu trabajo. deseo lo mejor para ti. se de las cualidades humanas que te acompañan y el esfuerzo diario que realizas para salir adelante. sigue en esa lucha que lo mejor todavía está por llegar,

    bendiciones

    javier torres

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