http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/ap-movimiento-o-partido.html
Es bienvenida la discusión relativa a la composición organizativa del movimiento PAIS, más aún cuando se avecina su tercera convención nacional a principios de mayo. En estas mismas páginas ya se ha puesto en el tapete las condiciones analíticas que deriven en la reestructuración orgánica de Alianza PAIS.
En tal configuración, Orlando Pérez comenta que: “PAIS es el germen del partido de la Revolución, pero todavía tiene mucho por desarrollar en esa perspectiva, porque hasta ahora se asienta fundamentalmente en la gestión gubernamental y de algunos gobiernos locales. Y un partido para la revolución y para profundizar la democracia sobrepasa al gobierno. Es más: constituye (y por eso PAIS afronta ahora un intenso debate interno) el soporte ideológico de ese gobierno, pero también es una palanca para superar su gestión y entrar en el terreno de las ideas, de las luchas, de los debates y de las contradicciones en la sociedad, entre los movimientos sociales y la ciudadanía”.
Es fundamental en la marcha modificar la estructura funcionalista-burocrática a una base militante interesada en la profundización programática y de apasionado posicionamiento ideológico.
En esta línea, Werner Vásquez considera: “El agotamiento del modelo de organización de AP es comprensible porque es producto de la conjunción de diversas fuerzas que tienen distintas perspectivas ideológicas y políticas que se concentran en el proyecto político general del movimiento. Pero esa diversidad de fuerzas entra en contradicción en el quehacer cotidiano y más aún electoral por las legítimas aspiraciones de los potenciales candidatos e intereses existentes. Sin embargo, la parte ideológica llegó a un punto difuso de cientos de interpretaciones y más difusa en medida de los éxitos y logros del Gobierno en sus políticas públicas… Lo que se requiere es acelerar el paso hacia el poder popular sin quedar estancados en el poder del Estado”.
Enhorabuena esta reflexión se adviene fuera de la parafernalia electoral, con lo que se brindan condiciones de seriedad y rigor discursivo (en aspectos trascendentes como la reelección presidencial de Rafael Correa). Porque uno de los elementos que debe reconsiderar AP es elevar el nivel de discusión en el seno íntimo de la organización, para lo cual cabe insistir en la debida preparación de sus adherentes para tal efecto.
Esta tarea tendrá como prospectiva la reafirmación de la Revolución Ciudadana en la relación vinculante con las entrañas populares y con victorias alentadoras en las convocatorias electorales de 2017 y 2019.
Diario El Telégrafo / 01 Abr 2014
Es bienvenida la discusión relativa a la composición organizativa del movimiento PAIS, más aún cuando se avecina su tercera convención nacional a principios de mayo. En estas mismas páginas ya se ha puesto en el tapete las condiciones analíticas que deriven en la reestructuración orgánica de Alianza PAIS.
En tal configuración, Orlando Pérez comenta que: “PAIS es el germen del partido de la Revolución, pero todavía tiene mucho por desarrollar en esa perspectiva, porque hasta ahora se asienta fundamentalmente en la gestión gubernamental y de algunos gobiernos locales. Y un partido para la revolución y para profundizar la democracia sobrepasa al gobierno. Es más: constituye (y por eso PAIS afronta ahora un intenso debate interno) el soporte ideológico de ese gobierno, pero también es una palanca para superar su gestión y entrar en el terreno de las ideas, de las luchas, de los debates y de las contradicciones en la sociedad, entre los movimientos sociales y la ciudadanía”.
Es fundamental en la marcha modificar la estructura funcionalista-burocrática a una base militante interesada en la profundización programática y de apasionado posicionamiento ideológico.
En esta línea, Werner Vásquez considera: “El agotamiento del modelo de organización de AP es comprensible porque es producto de la conjunción de diversas fuerzas que tienen distintas perspectivas ideológicas y políticas que se concentran en el proyecto político general del movimiento. Pero esa diversidad de fuerzas entra en contradicción en el quehacer cotidiano y más aún electoral por las legítimas aspiraciones de los potenciales candidatos e intereses existentes. Sin embargo, la parte ideológica llegó a un punto difuso de cientos de interpretaciones y más difusa en medida de los éxitos y logros del Gobierno en sus políticas públicas… Lo que se requiere es acelerar el paso hacia el poder popular sin quedar estancados en el poder del Estado”.
Enhorabuena esta reflexión se adviene fuera de la parafernalia electoral, con lo que se brindan condiciones de seriedad y rigor discursivo (en aspectos trascendentes como la reelección presidencial de Rafael Correa). Porque uno de los elementos que debe reconsiderar AP es elevar el nivel de discusión en el seno íntimo de la organización, para lo cual cabe insistir en la debida preparación de sus adherentes para tal efecto.
Esta tarea tendrá como prospectiva la reafirmación de la Revolución Ciudadana en la relación vinculante con las entrañas populares y con victorias alentadoras en las convocatorias electorales de 2017 y 2019.
Diario El Telégrafo / 01 Abr 2014
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