martes, 12 de agosto de 2014

Los otavalos


Germán Patricio Lema es el autor del libro Los otavalos: cultura y tradición milenarias (1ª reimpresión, 2014), en el cual se señalan en forma amena y sencilla las peripecias, luchas y logros alcanzados por los indios otavalos en el trajinar de la vida.

Lema ausculta a partir de la literatura oral la trayectoria de un sector costumbrista como es Peguche o ‘salto de agua’, con un anecdotario que revitaliza las raíces andinas. Esta comunicación verbal relata el historial del Inti Raymi (San Juan), la omnipresencia del Coraza, el vértigo dancístico de los pendoneros, las fechas festivas y diversas circunstancias y momentos en el calendario andino que atraen al turismo y que son elementos característicos del pueblo kichwa u otavalo.

Lema se desliza en la apreciación del talento y laboriosidad en los telares y en el ingenio comercial del runa shimi, que se comprueba en las transacciones de artesanías efectuadas en los viajes descritos y en los contactos alcanzados en Francia, Italia, Egipto, Alemania, Japón, Turquía, España, Holanda, Israel, Estados Unidos, Nepal, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda, con su contingente musical y artístico, con su huella artesanal y su orgullosa identidad impregnada en el espíritu ancestral kichwa.

Valioso es el enigma que se descifra en esta obra, en donde se entretejen las minkas y el cooperativismo, el legado creativo perennizado en el tiempo y el avance tecnológico, en un solo aliento étnico-cultural. La viveza del chulquero, la veneración al Inti (sol), el regocijo del Tinguinacuy (casamiento), el compromiso tras el compadrazgo, el misterio de la muerte, se conjugan en un noble propósito por repotenciar el espacio territorial y geopolítico que han logrado con pujanza y sacrificio los indígenas otavaleños, sobre una marcada matriz cultural. Bien dice Jorge Luis Narváez en el prólogo: “Los otavalos seguirán comiendo tostado en Hamburgo y Tokio, bañándose en su prístina cascada y más que nada seguirán siendo lo que son: una cultura milenaria adoptada por la eternidad”.

En la narración sobresalen los valores supremos de la familia, del ‘ayllu’, y la lucha social y reivindicativa emprendida por el principal personaje: Taita Pacho Lema.

En las frías y remotas madrugadas de Otavalo, los nativos se deslizan desde los chaquiñanes como las abejas al panal, para enfrentar con sus productos artesanales las reglas del mercado y los rezagos colonialistas, en el propio entorno citadino o en los tentáculos migratorios. Con suma inteligencia derrotan -aunque no en todos los casos- a la miseria que ronda en las polvorientas carreteras rurales.

Al son de la banda de pueblo, con la bebida interminable de la chicha y la afirmación de una resistencia inquebrantable, acojamos el mensaje de Germán Patricio Lema: “Nunca digas una cosa y hagas otra. Si tus palabras no tienen el respaldo de las acciones, perderás la confianza de tus hermanos”.

Diario El Telégrafo /  08 Abr 2014

http://www.telegrafo.com.ec/opinion/columnistas/item/los-otavalos.html 

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