Los resultados electorales del domingo 23 de febrero deben ser
canalizados de manera reflexiva al interior del movimiento PAIS, más aun
considerando que es la primera fuerza partidaria del Ecuador.
Más allá de las secuelas cuantitativas que desemboquen en la obtención o derrota de una alcaldía o prefectura, lo esencial es ahondar en los esfuerzos por constituir una organización política de cuadros debidamente formados y de adherentes conscientes de los ideales y principios doctrinarios progresistas, que superen visiones grupales y agendas particulares.
Varios factores determinaron el comportamiento del electorado en las urnas, situación que debe ser valorada por las directrices y estructuras de base de PAIS, para un pormenorizado examen autocrítico. Al ser elecciones seccionales, se advirtieron errores que merecen ser expuestos: un excesivo nivel de triunfalismo que mermó la tarea militante multiplicadora de sumar votos a través de un trabajo de difusión de las propuestas, puerta a puerta. Al contrario de eso, primó -anecdóticamente- la foto para el muro en el Facebook, observándose limitaciones ante un serio compromiso con el proyecto político de la Revolución Ciudadana (RC). Un sector de allegados a PAIS -porque no se podría calificar como militancia- asumió una posición acomodaticia en el período eleccionario, interesado en ser visibilizado por las potenciales autoridades municipales y provinciales para en lo posterior alcanzar o mantenerse en un puesto laboral desde el consabido afán burocrático. Entonces los candidatos (as) a las diferentes dignidades tuvieron que batirse desde tal realidad, que al final de la jornada comicial pasó una factura aleccionadora.
Por otra parte, la intención del endoso gubernamental no fue tal, ya que la gente, si bien reconoce las bondades y logros del gobierno de la RC, también asume sus decisiones desde la propia idiosincrasia territorial. El elector (a) elige a su concejal (a), alcalde (sa) o prefecto (a) desde la cercanía de sus problemas y posibles soluciones, desde las estrechas relaciones interpersonales, desde los afectos locales y emociones telúricas. En tal sentido, la estrategia promocional no fue la más adecuada, ya que no se puede considerar por igual la elección de un asambleísta que la de un alcalde. Así también, la designación de vocales de las juntas parroquiales debe tener especial énfasis en el enfoque articulador estatal, ya que desde tales instancias gubernativas se puede cohesionar un verdadero esquema socio-organizativo desde abajo, que amplíe la participación popular en la toma de decisiones.
La selección de candidaturas tiene que ser consensuada y asumida a partir de un procedimiento democrático fidedigno, no desde el verticalismo de la cúpula directiva.
Alianza PAIS tiene una tarea aún pendiente: robustecer un organismo político de vanguardia en donde los preceptos de izquierda no se queden en la retórica que emana de las tarimas electorales.
Diario El Telégrafo / 04 Mar 2014
Más allá de las secuelas cuantitativas que desemboquen en la obtención o derrota de una alcaldía o prefectura, lo esencial es ahondar en los esfuerzos por constituir una organización política de cuadros debidamente formados y de adherentes conscientes de los ideales y principios doctrinarios progresistas, que superen visiones grupales y agendas particulares.
Varios factores determinaron el comportamiento del electorado en las urnas, situación que debe ser valorada por las directrices y estructuras de base de PAIS, para un pormenorizado examen autocrítico. Al ser elecciones seccionales, se advirtieron errores que merecen ser expuestos: un excesivo nivel de triunfalismo que mermó la tarea militante multiplicadora de sumar votos a través de un trabajo de difusión de las propuestas, puerta a puerta. Al contrario de eso, primó -anecdóticamente- la foto para el muro en el Facebook, observándose limitaciones ante un serio compromiso con el proyecto político de la Revolución Ciudadana (RC). Un sector de allegados a PAIS -porque no se podría calificar como militancia- asumió una posición acomodaticia en el período eleccionario, interesado en ser visibilizado por las potenciales autoridades municipales y provinciales para en lo posterior alcanzar o mantenerse en un puesto laboral desde el consabido afán burocrático. Entonces los candidatos (as) a las diferentes dignidades tuvieron que batirse desde tal realidad, que al final de la jornada comicial pasó una factura aleccionadora.
Por otra parte, la intención del endoso gubernamental no fue tal, ya que la gente, si bien reconoce las bondades y logros del gobierno de la RC, también asume sus decisiones desde la propia idiosincrasia territorial. El elector (a) elige a su concejal (a), alcalde (sa) o prefecto (a) desde la cercanía de sus problemas y posibles soluciones, desde las estrechas relaciones interpersonales, desde los afectos locales y emociones telúricas. En tal sentido, la estrategia promocional no fue la más adecuada, ya que no se puede considerar por igual la elección de un asambleísta que la de un alcalde. Así también, la designación de vocales de las juntas parroquiales debe tener especial énfasis en el enfoque articulador estatal, ya que desde tales instancias gubernativas se puede cohesionar un verdadero esquema socio-organizativo desde abajo, que amplíe la participación popular en la toma de decisiones.
La selección de candidaturas tiene que ser consensuada y asumida a partir de un procedimiento democrático fidedigno, no desde el verticalismo de la cúpula directiva.
Alianza PAIS tiene una tarea aún pendiente: robustecer un organismo político de vanguardia en donde los preceptos de izquierda no se queden en la retórica que emana de las tarimas electorales.
Diario El Telégrafo / 04 Mar 2014
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