Igualmente, Velayos escribe desde los infortunios y las lágrimas
efímeras. Desde el dolor que evoca la patria. Desde la ruptura que
genera la geografía concebida con el fusil y las heridas. Es la poesía
que se nutre del hambre y de la sed de los otros, que agita las entrañas
de los oprimidos. Es el cúmulo de preguntas de “los nietos más
urgentes” que ha parido la historia y el desconsuelo. Es la amalgama de
la justicia y la libertad. Es la huella de una generación desilusionada
por el frío y la carencia de certezas.
“Política sesions” (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2013) es un poemario de denuncia y penitencia social. Es un ejercicio de redención a partir de inevitables vivencias. Es el cobijo ante la orfandad. Es el anuncio de guerras estériles que provocan desplazamientos migratorios y miedo. Es la sombra de las democracias frágiles. Es el reflejo de la crisis europea y la apatía del mundo. Es la promesa al interior de la celda. Es el relicario de nuevas fronteras. Es la luz del Sol y la música de los desterrados.
Miguel Velayos se confiesa: “No sé parar las balas, o quitar de sus uñas/ el rastro de la sangre… /…Siempre he sido feliz/ limpiando la culata de un poema…”. Textos que reverdecen con el maíz y el manantial del futuro, que legislan en contra de la pobreza, que se despiden con el viento, que rinden culto a los habitantes de la tierra, a “la vieja humanidad que nos conmueve…”.
Es la poética que esgrime la reivindicación ciudadana más allá de la resignación y el lamento. En sus versos flamea la esperanza, suena el ruido de las piedras milenarias, emerge la paz luego de la tormenta, hablan los ángeles desaparecidos, germina la humildad del verso: “Al derribar los muros, quedarán los escombros.../ Al quitar los escombros, quedará la corteza repleta de cenizas…/ Al barrer la ceniza, con nuestras propias manos,/ brillarán nuevamente las ideas…”.
Poesía incorruptible ante los actuales tiempos, en donde la liberación del hombre se concreta con la emoción de lo dicho y lo revelado. Se superan las dudas, con la finalidad de apreciar la luz y el gesto del pan. “Política sesions” es una bofetada al descaro y a la insolencia de nuestros gobernantes que se pierden como la muchedumbre. Es la exclamación de dignidad entre la sordidez y la disidencia.
Miguel Velayos derriba su propio muro: “No sirven los poemas para quitar el miedo, no detienen la guerra,/ no hacen crecer el pan, no mitigan el frío, ni derriban los muros/ ni compensan los mapas, ni aminoran la sed./… No existen los poemas para cerrar las lágrimas./ Los poemas nos sirven para entender la luz”.
Diario El Telégrafo / 28 Ago 2013
“Política sesions” (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2013) es un poemario de denuncia y penitencia social. Es un ejercicio de redención a partir de inevitables vivencias. Es el cobijo ante la orfandad. Es el anuncio de guerras estériles que provocan desplazamientos migratorios y miedo. Es la sombra de las democracias frágiles. Es el reflejo de la crisis europea y la apatía del mundo. Es la promesa al interior de la celda. Es el relicario de nuevas fronteras. Es la luz del Sol y la música de los desterrados.
Miguel Velayos se confiesa: “No sé parar las balas, o quitar de sus uñas/ el rastro de la sangre… /…Siempre he sido feliz/ limpiando la culata de un poema…”. Textos que reverdecen con el maíz y el manantial del futuro, que legislan en contra de la pobreza, que se despiden con el viento, que rinden culto a los habitantes de la tierra, a “la vieja humanidad que nos conmueve…”.
Es la poética que esgrime la reivindicación ciudadana más allá de la resignación y el lamento. En sus versos flamea la esperanza, suena el ruido de las piedras milenarias, emerge la paz luego de la tormenta, hablan los ángeles desaparecidos, germina la humildad del verso: “Al derribar los muros, quedarán los escombros.../ Al quitar los escombros, quedará la corteza repleta de cenizas…/ Al barrer la ceniza, con nuestras propias manos,/ brillarán nuevamente las ideas…”.
Poesía incorruptible ante los actuales tiempos, en donde la liberación del hombre se concreta con la emoción de lo dicho y lo revelado. Se superan las dudas, con la finalidad de apreciar la luz y el gesto del pan. “Política sesions” es una bofetada al descaro y a la insolencia de nuestros gobernantes que se pierden como la muchedumbre. Es la exclamación de dignidad entre la sordidez y la disidencia.
Miguel Velayos derriba su propio muro: “No sirven los poemas para quitar el miedo, no detienen la guerra,/ no hacen crecer el pan, no mitigan el frío, ni derriban los muros/ ni compensan los mapas, ni aminoran la sed./… No existen los poemas para cerrar las lágrimas./ Los poemas nos sirven para entender la luz”.
Diario El Telégrafo / 28 Ago 2013
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